—Quiero a Jon, muchísimo— se acercó a él tomando su rostro entre sus manos. —Pero no lo amo como te amo a ti, ni siquiera llegue a amarlo con la misma intensidad— Jaime movió la cabeza, quería creer lo que estaba diciendo, pero la realidad podía ser más dura, podía ser que Azdaja confundiera la pasión en la que sumían como amor; pues solo había una delicada línea entre el amor y la pasión, tanto que los humanos por siglos los habían confundido.
—Nunca me amaras como a él, toda tú eres diferente— Azdaja se mordió el labio inferior para no llorar como una niña tonta, le dolía que durara de su amor, de lo que realmente sentía por él, no era nada buena expresando lo que sentía realmente, jamás lo había sido, pero Jaime Lannister era el hombre que más amaba.
—Era una niña, era otro tipo de amor— le tomó la mano, pero Jaime se soltó de ella, jamás había experimentado ese dolor, Azdaja era su castigo y su bendición, con una sola mirada podía destruir todo en él, erradicar cada sentimiento que renacía en él. Azdaja era el fuego y el hielo.
—Sigues siendo una niña— contestó con los ojos cristalinos, acarició su mejilla, tan suave como tocar el mismo cielo.
—¿Por qué no confías en mi amor? — le preguntó suplicante, estaba llorando y odiaba verla llorar, porque podía hacer de él lo que quisiera con un par de lágrimas, con unos sollozos, era la soberana de sus pensamientos, de su actuar, de todo.
—No sabes mentir Azdaja, la forma en que leías la carta, volviste a ser la misma Azdaja que conocí en Winterfell con unas líneas del...de Jon— corrigió en el último segundo, justo ahí en sus hermosos ojos violáceos se reflejaba él, si por fin le confesaba que seguía amando al bastardo, él mismo la dejaría en el muro, porque antes de su felicidad estaba la de Azdaja, renunciaría a sus besos, a sus caricias con tal de verla brillar como antes.
—Esa Azdaja está muerta, ya te lo había dicho— y lo creyó hasta verla leer dicha carta, hasta verla abrazar sus memorias, aferrándose al fantasma que se paseaba entre sus miradas perdidas, o las largas caminatas.
—Y revive con Jon Snow— agregó esperando su respuesta, esperando que aquella pequeña ave que había sido herida alzara el vuelo nuevamente, que clamara su libertad ahora que nada la ataba a él.
—¡No! No es cierto— vociferó con lágrimas en los ojos. —Jaime eres...— lo abrazó tan fuerte, lo amaba con toda el alma, lo amaba como jamás creyó amar a nadie, no había Jon cuando estaba en sus brazos, lo había borrado, de su mente, solo quedaba un delicado recuerdo, como el de la primera vez que se toca la nieve.
—¿Qué soy? — preguntó. Jaime era libertad, Jaime era vida, Jaime era futuro. Pero eso él no lo comprendía, y tampoco lo culpaba, pues había sido testigo del amor que le tuvo una vez a Jon. Pero eso era ya cosa del pasado, un recuerdo hermoso de una vida que no le tocaba vivir.
—Eres el amor de mi vida, el hombre que yo más amo en este maldito mundo— se aferró a él —¿Por qué no puedes entenderlo? Cuando estoy contigo soy libre— le gritó sin soltarlo, era distinto el cariño que sentía por Jon, fue un amor de jóvenes, aquello que Jaime le hacía sentir distaba tanto de la euforia idílica que vivió con Jon, aquel amor que podía llenarse con una delicada sonrisa, con una caricia.
Era una mujer ahora, estaba segura que tal vez ya no era la misma de la cual Jon se había enamorado. Y en Jaime había encontrado al hombre que ese momento necesitaba, no por la protección que representaba, o por su apellido, lo necesitaba porque lo amaba, verdaderamente lo amaba.
—Perdóname, soy un idiota— confesó besando su coronilla, para después posar sus labios sobre los de ella, sí, el sabor era diferente, la pasión era diferente.
—Te juro que te amo, te amo tanto— enterró los dedos en su cabello, viéndolo a los ojos, perdiéndose en ese verde esmeralda brillante que se reflejaba en ellos. —Y que mayor prueba que esto— llevo la mano de Jaime a su vientre, no había duda que había algo creciendo dentro de ella.
—Un hijo— dijo Jaime para después besarla con devoción.
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Bueno lo del bebé ya se veía venir porque pues obvio si estos weyes se la pasan coshando todo el tiempo hahaha, y no, no se va a morir el bebé por que ya tengo planeado cuantos hijitos tendran. lo que no decido aun que será el primogenito si niño o niña
Vote.
Quieren una Joannita o un Rhaegarcito??
Como saben habrá capitulo diario. Intentare hacerlo rapido porque luego escribo, no me gusta la idea y borro todo porque así soy de impulsiva, es culpa de mi OCD segun mi psiquiatra hahahaha
Los amo 💋 [No se desvelen leyendo mis historias]
Por cierto tengo otra Fanfic de Jaime Lannister pero es en un mundo MODERNO donde todos estan vivos. si quieren leerla en ENLACE EXTERNO les dejo el link
